La Pantalla Gacela
La Asociación D Clic ha llevado a cabo dentro del marco del Festival Internacional de cine del Sáhara, del 10 al 15 de abril, una propuesta combinada de taller de creación audiovisual y proyecciones de películas africanas seguidas de debates dirigidas a las mujeres saharahuis.
Las integrantes del colectivo D.Clic, en nuestro trabajo como colaboradoras en sus pasadas ediciones, habíamos detectado algunas carencias que queríamos subsanar con esta propuesta: la mujer saharahui, de una franja de edad entre 15 a 30 años, se manifiesta muy interesada en los talleres de producción audiovisual que se desarrollan de forma paralela al festival. Asisten con interés a los cursos y participan en todas las actividades programadas durante el día. Sin embargo son pocas las que asisten a las proyecciones nocturnas (más numerosas), ya sea por pudor, timidez, miedo a la opinión ajena y en general por un cierto peso cultural que les impide encontrarse a gusto en sitios cerrados con muchos hombres, perdiéndo por ello la posiblidad de disfrutar del cine a pesar de haber manifestado interés hacia lo audiovisual.
D.Clic propuso un taller de creación audiovisual matinal y una pantalla vespertina paralela al festival que marcaba un punto de encuentro de las jóvenes saharahuis, donde intercambiar ideas, opiniones y proyectos al hilo de una proyección.
Una plataforma y herramienta de expresión, para hablar de cine bajo la mirada de lo femenino:
La Pantalla Gacela estaba integrada por películas africanas, con la prerrogativa de que el cine hicera la función, no sólo de autoreferencia o cine-espejo, como reflejo de unos valores y aspectos de su cultura, sino de herramienta que aportara nuevos elementos que induzcan a la reflexión y al conocimiento: el cine como una forma de representación que crea nuevas realidades con las que identificarnos y redescubrirnos.
Se realizaron debates tras las proyecciones con el fin de que ampliaran y pusieran en sus propias palabras lo que vieron y lo compararan a sus vivencias y conocimientos.
Los temas versaban sobre la representación de la mujer, la inmigración (efecto disuasorio), la tradición (positiva), formas de hacer y ver el cine y la educación en valores.
La Pantalla Gacela ha programado por las tardes una selección de películas de distinta procedencia, todas del continente africano: Argelia, Senegal, Mautitania, Sahara Occidental y Túnez, logrando que una buena asistencia, pese al fuerte calor reinante y el escaso espacio, y que se mostraran interesadas en participar y llenaran la sala con la ilusión de ver un cine donde ellas se sintieran reflejadas.
Después de cada proyección desarrollamos técnicas de análisis fílmico, diseccionando las películas, como herramienta educativa y de inducción a la autorreflexión, generando debates donde ellas pudieron intercambiar distintas maneras de ver la realidad y animándolas a crear y desarrollar sus propias ideas a pesar de la carencia de medios.
Nos ha permitido ver a través de sus ojos y a ellas a través de los nuestros. Así el cine ha servido de espejo, de reflejo de unos referentes culturales y a su vez como vehículo de
expresión bajo la mirada de lo femenino.
Así han adquirido unos conocimientos básicos pero fundamentales sobre utilización de la cámara, desarrollo de un guión y montaje. Al final del cual, realizaron un documental en grupo, para que pusieran en práctica los conocimientos teóricos adquiridos.
Para ello hemos contado y contamos con la colaboración de la Escuela de mujeres de Dajla y de la inestimable ayuda de su directora, Maima Hamud, que en 1999 creó este centro respondiendo a la demanda creciente de la formación por parte de la mujeres, creando así un proyecto piloto en el que nadie creía, excepto sus beneficiaria.
Una de las razones por la que se creó este centro es que el 80% de la población refugiada saharaui en Tinduf en edad escolar tiene que desplazarse al exterior para continuar sus estudios cuando llega al séptimo grado. Muchas veces las mujeres no pueden desplazarse a otros países debido a una serie de razones como son:
-El victimismo familiar: algunas mujeres tienen que quedarse en casa para cuidar a sus hermanos, ancianos etc.…
-Debido a tradiciones: algunas madres no quieren que sus hijas viajen solas y se queden durante muchos años en el extranjero. Se imparten talleres de autoempleo, donde se forma a mujeres para poder ejercer de fotógrafas y de cámaras de video para eventos sociales, entre otros talleres y así, con la ayuda de microcréditos pueden crear su propio medio de subsistencia sin depender del asistencialismo.
La experiencia también nos ha servido para intercambiar distintas maneras de interpretar la realidad y para aproximarnos a la cultura del otro.
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